No sé quién lo escribió, si alguno sabe, que me diga.

Yo no sé ustedes.
Pero yo nací en un país que se llamaba República de Venezuela.
Donde los catiritos, trigueñitos, morenitos y negritos éramos todos iguales.
Donde jugábamos tranquilos y no sabíamos distinguir quién era rico o pobre, porque lo uno ni lo otro era pecado.
Donde en el colegio éramos solo niños, que respetábamos los símbolos patrios y no nos preguntábamos que porque eran así, porque siempre fueron los mismos.
Donde los vecinos se querían y respetaban.
Donde los maestros eran maestros.
Donde cada 5 años mis papas iban a votar y regresaban orgullosos con sus meñiques manchados de morado, y esperaban con intriga los resultados. Donde había respeto a las inclinaciones políticas, la familia de mi Papa era adeca y la de mi mama copeyana, y nunca se dejaron de hablar.
Donde las caravanas políticas eran divertidísimas y no había violencia.
Donde los noticieros daban noticias, y los reporteros no tenían guardaespaldas o tenían que fugarse del país.
Donde el pecado más grande de un guardia nacional era martillar en una alcabala.
Donde el que estudiaba y era inteligente podía llegar a ser presidente de Maraven, Lagoven, PDVSA.
Donde la honradez era una virtud, no una manera de ser pobre.
Donde el Himno Nacional no nos hacia llorar.
Donde el número de la cédula era para identificarnos.
Donde el sable del Libertador era soberano.
Donde no escuchamos las palabras: Oficialismo, Oposición, Meritocracia, Imperialismo, Escuálidos. Resulta que ahora, hasta tenemos un nuevo vocabulario.
Donde no teníamos miedo al hablar por teléfono.
Donde los niños nunca supimos lo que era gas lacrimógeno.
Donde el voto era un deber.
Donde los presidentes, buenos, malos o peores eran personas inteligentes y por lo menos sabían expresarse.
Donde éramos conocidos por petróleo, buen béisbol, mujeres preciosas y bellezas naturales, no por las metidas de pata del presidente o las reyertas.
Donde el curita de la iglesia era tu guía y nadie se metía con él.
Donde las cadenas duraban, a lo sumo, una hora.
Donde vivíamos toda nuestra vida y el que se iba al exterior, era para estudiar.
Donde la mujer no se tocaba ni con el pétalo de una rosa.
Donde en todos los grupos de amigos había uno que imitaba bueniiiisimo al presidente, y no temía por su vida.
Donde tener valor era algo así como pedirle aumento al jefe.
Donde la libertad era solo lo que un adolescente le pedía a sus padres. Donde vestirse de rojo era lo mismo que vestirse de azul, Rosado o negro.
Donde los venezolanos éramos todos venezolanos y no había resentimientos, donde la gente era noble.
Y entonces? ¿Qué carrizo fue lo que paso???
En qué momento dejamos que los sentimientos más bajos entraran en nuestros corazones???
Yo no quiero los gobiernos pasados, pero si quiero volver a aquella hermosa y respetada:
REPUBLICA DE VENEZUELA